Soy feliz porque sé que me espera el regalo de la muerte.
Me siento como un niño pequeño que espera su regalo de reyes, si piensa en él le produce un cosquilleo de alegría y espectación.
Después de una vida en que cada momento ha sido nuevo, cada momento ha sido vivido con consciencia, cada momento ha sido único. Es como una rosal, cada rosa es nueva y distinta pero con las mismas características genéticas de la anterior, así siento mi vida.
Después de esta experiencia, "La muerte es mi regalo".
Será liberadora con total abandono, reposando en la naturaleza de la mente, la cual me lleva a un bardo feliz, en el que la luminosidad y la paz me guiarán y acunarán en el reposo supremo. Lo sé y lo veo.
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